domingo, 3 de abril de 2011

Entrevista de 19 de marzo del 2010 de la Dr. Kay R. Jamison


- ¿Cuándo advirtió Ud. que era maniaco-depresiva?
KRJ: (...) Creo que fue cuando yo tenía 17 años y fui abrumada por una severa depresión de ribetes prácticamente psicóticos, me hallaba desvitalizada y ni siquiera tenía palabras para expresar mi estado. En aquella época la gente no hablaba fácilmente de esos asuntos y obviamente lo usual era que nadie emplease términos como 'enfermedad bipolar' o 'psicosis maniaco-depresiva'. Estaba aterrorizada, no tenía idea de lo que me pasaba y me aterrorizaba también que me volviese a pasar una vez que lo había superado. (...) Cuando me hallaba estudiando en la Universidad de California empece a ver a un psiquiatra, ya había tenido esa intención mientras me hallaba en el college pero no pude soportar la idea y acabé dejándola de lado, mas entonces tuve un episodio maniaco lleno de furia y psicosis con muchos delirios y alucinaciones y ya no lo podía eludir. Esa es la gran ventaja de tener una enfermedad severa como la mía: automáticamente acabas siendo conducida para atención médica. (...) Tuve la suerte de ser atendida por un psiquiatra que fue mi supervisor clínico en la atención de pacientes y que era inteligente, compasivo y empático, pero además conocedor de su campo. 

Desde entonces una de las cosas que más enfatizo en mi práctica profesional, como muchos de mis colegas, es que los medicamentos por sí solos no suelen ser suficientes para la mayoría de personas con este problema debido exactamente a aquello que se planteaba en la pregunta: ¿Cómo es que se percatan las personas de su enfermedad? Esto es imposible si uno no llega a conocerse un poco a sí mismo y a dar un significado a la experiencia de la enfermedad en su propia vida, simbólica y literalmente.


- ¿Cuál es el prejuicio más frecuente acerca del suicidio?

KRJ: Pienso que aún las personas no comprenden cabalmente cuán ligada está a la enfermedad mental el problema del suicidio, particularmente a la depresión y el trastorno bipolar. Existe la costumbre de ver el suicidio como una mera reacción a eventos desagradables en la vida de cada persona, y si nos fijamos, veremos que en la prensa se muestra a alguien tuvo problemas de deudas o rompíó una relación sentimental o perdió su trabajo o cosas semejantes, y se presenta a todo esto como explicación suficiente para el suicidio sin mencionar en parte alguna que en una autopsia psicológica aparecería que esta persona estaba tal vez deprimida desde que tenía 13 años o que abusaba del alcohol o que tenía conductas impulsivas. Es decir, todos aquellos factores que también sabemos que confluyen en el suicidio.


- ¿Fue para Ud. sencillo abrirse y compartir ampliamente sus experiencias?

KRJ: (...) Era frecuente que me preguntase: ¿Cómo es que estoy aquí y hablando sobre todo esto? ¿Cómo podré contar que quise matarme a mí misma? ¿Realmente podré hacerlo?

Y sin embargo al final de la jornada tú sabes que lo hiciste por que a fin de cuentas suponías que podría ayudar a alguien. Será una parte, aunque sea una pequeña pieza en el propósito de ayudar a lograr que la gente se sienta mejor. Si la gente que ha tenido cáncer de mama puede hablar sobre su enfermedad, ¿porqué la gente que tiene enfermedades mentales no podría hablar sobre su enfermedad mental? Hasta que no seamos capaces de hacer eso, no seremos tratados con el mismo respeto que otras personas portadoras de sus respectivos padecimientos.


- ¿Los antidepresivos se están prescribiendo en exceso?

KRJ: Pienso fundamentalmente dos cosas: la primera, soy una convencida de la necesidad de una sabia y apropiada administración de los medicamentos con razones adecuadas y para los diagnósticos correctos, además del uso de la psicoterapia. La psicoterapia es enormemente trascendente, puede salvar vidas y uno de los aspectos lamentables es que muchas veces las personas pueden pensar que sólo con los medicamentos es ya suficiente. Por otro lado, no me cabe ninguna duda de que hay un exceso de prescripción. Desde una perspectiva de salud pública es un hecho que gran cantidad de personas no reciben atención por sus problemas depresivos, pero también es innegable que en numerosos lugares y estratos socioeconómicos, se medica a las personas por una trivial decepción, una volátil cuita, por algunos días de desgano o porque simplemente hubo una rencilla con la pareja. Eso está pasando y es desconcertante. No podemos estar a favor de semejante práctica así como tampoco es conveniente medicar a personas que atraviesan solamente su etapa duelo por una pérdida. (...)


-¿Cuál es el vínculo entre creatividad y depresión?

KRJ: Es innegable que desde hace miles de años se ha observado que ciertos cuadros depresivos son más frecuentes en personas talentosas, creadoras, artistas, filósofos, inventores. Estudios actuales han mostrado una elevada tasa de prevalencia de cuadros depresivos y bipolares en personas creativas y de genio. (...) Eso no anula el hecho de que estas personas frecuentemente han tenido también vidas miserables y hay que señalar, sobre todo cuando la gente tiende a dar una aureola irreal y romántica a la enfermedad mental, que artistas como Van Gogh y Byron finalmente buscaron algún tipo de ayuda ante semejantes problemas. Ellos vivieron en agonía, con dolor e inenarrable sufrimiento y no es ciertamente romántica una existencia así: basta con leer sus cartas y veremos que lo que describían no era maravilloso para nada. Muchos de estos creadores y artistas se suicidaron y no tiene por qué verse como romántico el sufrir hasta el punto de quitarse la vida a edad tan temprana. Es lo último que se podría desear. (...

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